¡Ay de mi!
¡Ay de mi! si un día me calla la conveniencia,
¡Ay de mi! si un día no concilio a la prudencia,
¡Ay de mi! si un día hago amores con el desatino,
¡Ay de mi! si dejo de soñar como niño.
¡Ay de mi! si me llega a faltar la poesía,
¡Ay de mi! si un día llega a conformarme la comida.
¡Ay de mi! si un día me calla la indiferencia,
¡ay de mi! si no hago de este mundo un mundo más humano,
¡Ay de mi! si un día creo que soy más que mi hermano,
¡Ay de mi! si un día ves que estoy izando bandera ajena,
¡Ay de mi! si ves que mancho mi libertad bailando al son que me toquen,
Ay de mi si mis palabras en el exilio jamás entonen:
Guatemala, Guatemala, tierra mía, tierra amada.
Bellísimo suelo.
Entonces mátadme amor mío, porque habré muerto en vida
Seré un cadáver que exhala para dentro robando oxígeno,
Sin devolver vida.
Por favor, suplicante jadeo:
¿Dime que no me han socavado mis derechos?
Porque me dijeron que callara
¿Dime si no merecemos una verdadera patria?
Clama mi alma gritona:
¡Democracia!
Esa palabra que grité desde el pecho, allí donde hay algo que bombea esta sangre que me arde,
Ver a la familia mendigando pan sin hambre,
Ver a la familia recogiendo migas mohosas,
¡Ay de mí! si aceptó pan a qué costas,
¡Ay de mi! si niego mi procedencia,
¡Ay de mi! si me visto de falso patriotismo
¡Ay de mi! si me ven aplaudiendo el populismo,
¡Ay de mi! si me ven rezando un credo que no es mi credo,
¡Ay de mi! si me vendo y me niego,
¡Ay de mi! y ¡ay de aquél!
Riveigar
Comentarios