María Riveiro

Me mudo En todos sus aspectos, Sin retroceder Queriendo vacilar sin opción a. A sabiendas Que es para siempre, Desempolvo a Isabel Allende Con quien amé la literatura Pienso en mi madre Nuestras vacaciones juntas Leyendo a Jane Ajusten y Nuestra Señora de París Hablando y comiendo Mis últimos viajes Mi hermana, Mis últimos sueños ¡Oh Dios! ha pasado el tiempo bajo este techo que escupe polilla Esta ventana fría que nunca me dejó espacio para la depresión Las miles de veces que lloré... Dejo aquí mi primer amor y casi mi vida. ¡Oh! yo aquí con el alma desnuda Y las ganas de vivir titilando en la impotencia por hacer... ¡Oh! yo me cansé de esperar... Llevo conmigo lo que mas amo, Y me voy sin una promesa, Sin un destino fijo Sin una fecha especial Sin un recuerdo claro Sin siquiera saber que hago Sabiendo que me voy sin volver.

El muerto que te besa Ha aprendido a besarte El muerto que te ama Aprende a amarte. Soy ese muerto vuelto a la vida por el milagro de tus ojos, A veces nostalgia y tristeza Cuando volteo para atrás. Riveigar

A menudo recuerdo Cuando me amaban hasta la locura Lloro menos, En la soledad de la cama Encuentro un espacio entre el vacío que debiera ser tu cuerpo Y el viento que fuera tu aliento Me abrazo en el frio, Tus brazos lejanos Lloro más tu ausencia injustificada Me soplo el alma triste Porque el viento seca mejor que el retuerzo Pero tarda más Y... Ahora todo precisa... Riveigar

Dormir acariciando un sueño no permitido Leer esas páginas pendientes de un nunca Tener el coraje de ir hacia donde no hay camino Prever lo que no sucederá. Entender El lenguaje mudo del tiempo. Vivir, vivir el presente.