Breve instante de depresión:

Y vuelvo a sentir la desesperante aflicción,
la olvidada depresión maldita tan conocida...

Y siento entonces nuevamente como todo se va de mi vida,
como sigue corriendo mi independencia,
y como los deseos profundos de mi corazón me alertan,
hoy hay que vivir.

Me alertan los gemidos abstraídos y abyectos de mi corazón viciado
aquél profundo dolor que se disfrazaba bajo nombres, hombres, y circunstancias,
se hace presente,
y no es mas que aflicción y desesperación,
la espesa selva instándote a la supervivencia.

Siempre perdido diamante del sol,
siempre perdido en una cultura que no se siente tuya,
en una tierra que no ha conocido las dimensiones humanas
siempre perdida en un destino que se perdió.

Y así puedo llegar a experimentar  la más infinita angustia,
una tristeza de algo que perdió, o perderá a alguien,
o algo...
que hacía alguien.

Puedo llegar a observar mi mundo,
y de nuevo aborrecer todo lo que no cuadra en su absoluta belleza,
y llorar, y desear,
en toda su redención ese dolor detonando amor a su paso,
de ese amor que te subyuga,
y succiona tu seno.

Puedo, entonces,
contemplar absorta un pequeño estado de depresión,
porque mañana,
mañana hay que vivir.

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