Así escribió una guatemalteca:
Me define empezar diciéndote:
"Estoy aquí, firme, escribiendo".
PREÁMBULO DE UNA REALIDAD:
Y escribir una carta que te abrace el alma en estos tiempos
donde no existe conciencia,
ni dios,
sino sólo pies humanos que no se esconden por el día
y andan por ahí,
míralos como bestias,
cometiendo crímenes.
DENUNCIA DE UN JOVEN POETA:
Afuera hay sangre y ambición
y yo debo enviar mi mensaje al destinatario que sufre
y denunciar al victimario que viste un traje costoso a costa de la vida,
de su víctima.
Afuera hay hambre y gula
y yo debo enviar mi mensaje
al niño que huele pegamento y come chicles
y denunciar la mala administración de un Estado que sucumbe en deudas,
mientras les pregunto a nuestros gobernantes
¿qué tal estuvo la cena de ayer? por ejemplo.
Afuera hay ignorancia
y yo debo enviar mi mensaje al destinatario que lucra con la fe,
al destinatario que desojó las páginas de un libro en su discurso presidencial,
y preguntar a todos:
¿Cómo resiste la ignorancia cuando golpea con su estadística en los muros de sus colosales templos?
Afuera hay miedo y la tierra huele a sangre
las plantas se tiñen de rojo,
las madres gritan, los niños no comprenden,
los jóvenes se duermen en modas, gustos, todos víctimas de la sociedad del consumo
pero afuera hay miedo y la sangre corre por una mala mirada
y yo debo enviar mi mensaje al destinatario ciego,
al destinatario que viste de luto,
al destinatario que extorsiona y mata,
o peor aún, al que con zapatos de charol, paga y manda por la muerte,
como un paso necesario para ascender...
Míralos sin alma,
fingiendo y prometiendo,
siendo dos caras a la vez.
Afuera hay codicia y desproporción,
se derrochan millones en bobadas, en un país donde se duerme con ratas,
entre huevones "tatas" que se han acomodado...
y mira luego los niños que protejemos, crecen entre maras.
Afuera hay prejuicio en pleno siglo,
y yo debo enviar mi mensaje al destinatario para decirle:
que el peso de la historia ha manchado con prejuicio el progreso,
la fe, la realidad, el interior.
¡Clama mi mensaje al destinatario dormido!
¡Clama mi mensaje al destinatario indiferente!
¡Clama a la superficialidad, víctima del vacío!
¡Clama al destinatario del poder legítimo!
¡Oh pueblo!
¿Estás dormido?
¿Te ha comido el miedo la lengua, los ojos y oídos?
Afuera hay confusión pero me define decirte que estoy aquí, firme, escribiendo.
"Estoy aquí, firme, escribiendo".
PREÁMBULO DE UNA REALIDAD:
Y escribir una carta que te abrace el alma en estos tiempos
donde no existe conciencia,
ni dios,
sino sólo pies humanos que no se esconden por el día
y andan por ahí,
míralos como bestias,
cometiendo crímenes.
DENUNCIA DE UN JOVEN POETA:
Afuera hay sangre y ambición
y yo debo enviar mi mensaje al destinatario que sufre
y denunciar al victimario que viste un traje costoso a costa de la vida,
de su víctima.
Afuera hay hambre y gula
y yo debo enviar mi mensaje
al niño que huele pegamento y come chicles
y denunciar la mala administración de un Estado que sucumbe en deudas,
mientras les pregunto a nuestros gobernantes
¿qué tal estuvo la cena de ayer? por ejemplo.
Afuera hay ignorancia
y yo debo enviar mi mensaje al destinatario que lucra con la fe,
al destinatario que desojó las páginas de un libro en su discurso presidencial,
y preguntar a todos:
¿Cómo resiste la ignorancia cuando golpea con su estadística en los muros de sus colosales templos?
Afuera hay miedo y la tierra huele a sangre
las plantas se tiñen de rojo,
las madres gritan, los niños no comprenden,
los jóvenes se duermen en modas, gustos, todos víctimas de la sociedad del consumo
pero afuera hay miedo y la sangre corre por una mala mirada
y yo debo enviar mi mensaje al destinatario ciego,
al destinatario que viste de luto,
al destinatario que extorsiona y mata,
o peor aún, al que con zapatos de charol, paga y manda por la muerte,
como un paso necesario para ascender...
Míralos sin alma,
fingiendo y prometiendo,
siendo dos caras a la vez.
Afuera hay codicia y desproporción,
se derrochan millones en bobadas, en un país donde se duerme con ratas,
entre huevones "tatas" que se han acomodado...
y mira luego los niños que protejemos, crecen entre maras.
Afuera hay prejuicio en pleno siglo,
y yo debo enviar mi mensaje al destinatario para decirle:
que el peso de la historia ha manchado con prejuicio el progreso,
la fe, la realidad, el interior.
¡Clama mi mensaje al destinatario dormido!
¡Clama mi mensaje al destinatario indiferente!
¡Clama a la superficialidad, víctima del vacío!
¡Clama al destinatario del poder legítimo!
¡Oh pueblo!
¿Estás dormido?
¿Te ha comido el miedo la lengua, los ojos y oídos?
Afuera hay confusión pero me define decirte que estoy aquí, firme, escribiendo.
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