Mi amigo el Indio, el que no existe, al que lo hicieron Indio:

Él es mi amigo, quién lleva su morral al lado,
él, el que lleva el pecho sudado,
sudor que huele a explotación y maltrato,
por eso huele tan mal,
mi amigo, el que no tiene historia,
el que Pedro de Alvarado ni siquiera conoció,
mi amigo, al que llamaron "indio", producto del régimen colonial,
el que tuvo que aprender a oír y callar,
el que no comprende: ¿si porqué ésta es su patria, no puede hacer ni ser?


                                              II
Mi amigo, el que camina kilómetros empinados
para encontrar agua,
sin embargo, siente que su sed no se sacia,
¿Por qué mi amigo indio?
¿Por qué te han deshumanizado?
¿Por qué borraron tu historia y justificaron tu presente sangrado?
y aún así celebras tu "independencia",
aún así tus hijos rezan,
aun así tus manos son curativas,
y los cabellos de tus mujeres largos,
y su seno desgarrado, 
aún desnutrido, siempre da leche a ese pobre niño,
animalito de dos pies, dos manos, dos ojos,
que crece fuerte para sostener desde pequeño la leña en sus brazos
tan parecido a mí, sólo que oscuro...


III
Es oscuro como tu ayer,
luego la ambición, el sistema 
que pretende dormirnos cuando todo hierve,
te ultrajó, te robó, te violó,
tus hijas sangraron con dolor, su primera vez, sin amor,
y dieron vida a niños bastardos,
más o menos cuando tenían doce años
entonces a mí la "muchacha" me lavaba la ropa.


Luego,
fueron niños resentidos, 
aprendieron a decir "¿ves, que el ladino nos jodió?" 
los niños vieron que a sus hermanas las devolvió el prometido, 
cuando descubrió que ya estaban "jodidas"
y así aprendiste que el autoestima era hacer todo lo que decía el patrón
aún si te engañaba,
y los ladinos, y demás,
esos que se llamaban honestos y gente digna del saludo y todo protocolo, 
a esos grupos de antifaz,
a los que tú no tenías acceso, 
te hicieron luego quitarte el traje colorido,
te hicieron desconocer tu idioma,
y aprender el castellano,
y aún así se burlaron cuando no lo pronunciaste bien;


IV
En sus reuniones de maquillaje y adulación
usaban tu sobrenombre implantándoselo al que se confundía,
y te comparaban, siempre estigmatizándote, 
pensando que fuiste indio, antes de la conquista,
y cuando te "liberaron" seguiste siéndolo,
y seguirás siéndolo,
y tus actitudes de salir adelante
son propias de tu condición.


Lo más triste, es que te lo siguen haciendo.


Tú, mi amigo el indio,
el que no existe como tal,
el que inventaron como un ser tonto, sin ser, ni alma,
para justificar la inavasión;
y ahora nosotros agradecemos esa desnatural tradición
de gritar: ¡Viva la Independencia!
cuando tú, mi amigo indio, escondido y con miedo
veías con tu familia, 
los cohetes y los gritos de liberación,
tu cruel desnaturalización,
tus mujeres entonces aprendieron 
que para poder acceder a la "realidad" 
había que negar su proceder,
negaron sus apellidos entonces,
y ese patrón se repitió...
ahora conscientes, los niegan en redes sociales,
y ahora ellas son las que se discriminan,
se quitaron la indumentaria, 
y como el barro al que hacían arte,
le hicieron una imagen al chantaje, y otros, se dejaron humillar bailándole al porvenir.


V
Sabrá Dios, cuántas veces no comprendiste:
porqué te decían que el señor brujo era malo,
porqué creer en el zajorín era ignorancia,
sabrá Dios, mi amigo, cuántas veces los cabellos de 
tu mujer ahumados, te limpiaron tus lágrimas cuando te defraudaron.


Luego tus hijos desplazados,
regados,
tus hijos emigrantes e inmigrantes, 
algunos regresaron a casa con ceños fruncidos,
y esa cara les quedó para siempre, 
y olvidaron saludar 
y reír;
otros, siempre nobles, no sé si más por miedo,
o por timidez, al sentirse siempre humillados
e intimidados.


VI
¡Ay mi amigo indio, en tu morral llevas hasta tu conciencia!
y nosotros los que creemos ser, o nos enseñaron a creer ser los "otros" 
no tenemos razón de ello,
ni jamás nos preguntamos: ¿quién eras?
¿quién eres?
si tienes sentimientos,
si tienes alma,
si lloras,
si sabes llorar,
o es que no te ha dado tiempo.


VII
¡Ay amigo, tu pecho huele a pura explotación!
sudor de tán mal olor,
vientres lombricientos, 
y nuestros niños gordos de gula, y siempre sin hambre, hambrientos,
y los tuyos sin pan con hambre, sin agua, sedientos,
que saben a la tierra y al cielo agradecer,
cabellos de puntas abiertas, 
facciones surcadas,
tanto tabú en tu conciencia,
tanto qué decir sin saber expresar
me pregunto entonces:
¿habrás deseado conocer la "civilización" que trajeron alguna parte 
de mis ancestros?
aquéllos blancos que vinieron por el mar,
o, ¿habrás deseado seguir virgen guardando ese hilo con la naturaleza,
con lo subjetivo y la idea hecha materia?
me pregunto: 
yo que te veo detrás de la mirada que te hicieron tener,
yo que supe, reconocer tu esencia en tu profundo sudor,
yo, que tras los caites gastados, ví que tenías unos pies heridos,
yo, que tras tus vestidos rasgados
y ahora escondidos, con la ropa de algunos de mi gente,
supe ver, que eras aquél indio,
que callado gritaba: ¡Ya no aguanto más pero mis hijos chillan del hambre!


VIII
En fin, 
mi pregunta es, amigo indio,
tú, el mismo, 
el que siempre existió en su condición,

producto siempre de la opresión,
tu nombre el "indio" como justificación
¿si tú indio, no existes,
será que como yo, los demás creen,
que eres el indio, mi amigo, el ente sin pasado,
hijo de mi Dios,
tu propio Dios, o ese dios, que te enseñaron que era Dios?
o si no tienes historia,
¿quién te inventó?


¿Será que me sonríes porque me temes,
o quiero ser tu amiga por tu actitud con sobrada justificación?

Riveigar

Comentarios

HijaDelAndasolo ha dicho que…
Estas son las voces necesarias! mis respetos por el mensaje, me quito el sombrero!
Pablo Hernández M. ha dicho que…
mis respetos también

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